Apego inseguro: qué es y cómo influye en nuestras relaciones de adultos
Cuando hablamos de relaciones de pareja, amistades o incluso vínculos laborales, solemos pensar que lo que nos une o nos separa son las experiencias actuales, lo que sucede en el día a día. Sin embargo, hay un factor invisible, profundo y muchas veces inconsciente que moldea nuestra forma de vincularnos: el apego inseguro.
En terapia para adultos, y también en la terapia de pareja, este concepto aparece con frecuencia porque entender nuestro estilo de apego es clave para mejorar la autoestima, la forma de comunicar nuestras emociones y, sobre todo, la manera en la que construimos relaciones sanas.
En este artículo te explico qué es exactamente el apego inseguro, cómo se origina y de qué forma sigue influyendo en tus relaciones de adulto. Además, si eres profesional de la salud mental, te hablaré de herramientas que te pueden servir, como los materiales psicológicos o las cartas para trabajar el apego que creé, y que pueden ayudarte a trabajar estos aspectos con tus pacientes de forma práctica, dinámica y didáctica.
¿Qué es el apego inseguro?
El apego es el vínculo emocional que formamos con nuestros cuidadores principales (normalmente, los progenitores, aunque puede ser cualquier figura significativa) durante la infancia. Este primer lazo nos enseña, de forma verbal y sobre todo no verbal, cómo funciona el amor, el cuidado, el afecto y la seguridad emocional.
Si esos cuidadores fueron sensibles a nuestras necesidades, nos sentimos vistos, protegidos y validados, esto nos permitió desarrollar un apego seguro.
Sin embargo, cuando el entorno fue inconsistente, frío, caótico, nos hizo sentir que éramos una carga o incluso fue negligente con nuestras necesidades de amor y seguridad, entonces es probable que desarrolláramos un apego inseguro.
Pero el apego inseguro no es una categoría única, sino que abarca diferentes tipos de apego:
• Apego ansioso: aparece un miedo al abandono, necesidad constante de validación y angustia ante la distancia emocional.
• Apego evitativo: se genera hiperindependencia, incomodidad ante la intimidad y tendencia a minimizar las emociones.
• Apego desorganizado: hay una mezcla de ambos, con un trasfondo de miedo profundo hacia el propio vínculo.
Cómo influye el apego inseguro en nuestras relaciones adultas
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Pero, ¿cómo influye el apego inseguro en nuestros vínculos de adultos? Lo cierto es que influye mucho, y lo puede hacer de las siguientes formas:
1. Miedo a la intimidad o a la pérdida
Las personas con apego inseguro ansioso pueden sentirse fácilmente invadidas por el miedo a ser abandonadas. Interpretan cualquier silencio o espacio como un signo de rechazo y suelen desarrollar una fuerte dependencia emocional. Por ejemplo, si su pareja tarda en responder un mensaje, el malestar es tan intenso que aparecen pensamientos como “me está dejando de querer” o “seguro está enfadado conmigo”.
En el extremo contrario, quienes tienen apego evitativo pueden huir de la intimidad emocional, esquivando conversaciones profundas o mostrando desinterés ante las necesidades emocionales de su pareja.
En terapia para adultos, este patrón suele salir a la luz cuando la persona admite que, aunque desea una relación cercana, se siente incómoda o atrapada cuando el otro se muestra demasiado afectuoso.
2. Conflictos constantes y comunicación disfuncional
El apego inseguro también afecta la forma en que gestionamos los conflictos. Un apego ansioso suele generar reacciones emocionales desbordadas: llorar, suplicar o dramatizar ante una discusión. Por el contrario, el apego evitativo tiende a cerrarse, dando la callada por respuesta o evitando el conflicto a toda costa.
Este choque de estilos es muy común en relaciones de pareja y puede crear un ciclo tóxico: cuanto más se acerca la persona ansiosa, más se aleja la evitativa, y viceversa.
3. Autoestima frágil y búsqueda de validación externa
Otro efecto del apego inseguro es la construcción de una autoestima frágil, basada en la mirada externa. Si en la infancia aprendimos que solo éramos dignos de amor cuando éramos perfectos, complacientes o invisibles, es probable que de adultos repitamos ese patrón.
Buscaremos validación constante, nos costará poner límites y sentiremos que no valemos lo suficiente si el otro no nos confirma que somos importantes.
En la terapia para adultos, el trabajo de autoestima va de la mano del trabajo de apego, porque sanar esas heridas implica aprender a darnos a nosotros mismos el cuidado y la validación que nunca recibimos.
Sanar el apego inseguro: herramientas y materiales psicológicos
La buena noticia es que el apego inseguro no es una sentencia. A través de la terapia psicológica y con herramientas específicas, es posible desarrollar lo que se conoce como “apego seguro ganado”.
Algunos materiales psicológicos que ayudan en este proceso son los diarios terapéuticos centrados en apego, ejercicios de reparentalización o guías para identificar tus patrones relacionales. También existen cartas para trabajar el apego, que son un recurso muy útil en terapia para adultos o para trabajo personal.
Estas cartas te plantean ejercicios y preguntas profundas, te invitan a reflexionar sobre tus heridas de infancia (como la herida de rechazo y la herida de abandono) y te ayudan a construir un diálogo interno más compasivo. Si trabajas con adultos, las cartas que creé te ayudarán sobre todo a acompañar a las personas en la identificación de su apego y en su gestión.
Ejemplo práctico: cómo se ve el apego inseguro en la vida real
Imagina a Sara, una mujer de 34 años con apego ansioso. En cada relación de pareja, Sara siente un miedo irracional a que la dejen. Revisa el móvil de su pareja en busca de señales de desinterés y cuando su pareja necesita un espacio, Sara lo interpreta como falta de amor.
En terapia, Sara trabaja con los materiales psicológicos que le ayudan a identificar la raíz de ese miedo: una infancia donde se sintió invisible para su madre y tuvo que esforzarse constantemente para ser querida.
Con ejercicios de escritura, uso de cartas para trabajar el apego y visualizaciones, Sara aprende a calmarse a sí misma, a validar sus emociones y a no buscar fuera la seguridad que nunca recibió dentro.
Apego inseguro: un herida relacional que puede trabajarse
El apego inseguro es una herida relacional que se origina en la infancia, pero sus efectos nos acompañan toda la vida, especialmente en nuestras relaciones de pareja. La buena noticia es que no estamos condenados a repetir siempre el mismo patrón.
A través de la terapia para adultos, el uso de materiales psicológicos y herramientas como las cartas para trabajar el apego, podemos reescribir nuestra historia afectiva.
Sanar el apego inseguro no significa ‘ser perfectos’ en nuestras relaciones ni tener miedos, sino aprender a relacionarnos desde un lugar más consciente, seguro y amable con nosotros mismos y con los demás.